6 Leyes que marcan a las marcas
Por termino medio una persona adulta conoce el significado de 60.000 palabras aproximadamente, aunque tan solo utiliza unas 10.000 para expresarse. Esto aumenta cuando esta persona visita un centro comercial y puede encontrar más de 25.000 nombres o marcas distintas mientras que existen millones de ellas registradas y expuestas.
Hace años, cuando la oferta era mucho más reducida y no sufríamos la actual sobreexposición a la comunicación, bastaba con algo tan simple y auténtico como el nombre de la hija de un empleado (Mercedes), o el propio apellido del propietario (Ford) para bautizar un automóvil.
Visto lo importante que es apropiarse hoy en día de la mente de nuestros consumidores con una sola palabra, los empresarios, emprendedores, etc. deberían tomar como referencia este simplista punto de partida, antes de iniciar búsquedas sin fundamento (como dice Arguiñano) o jugar con palabras del diccionario para conseguir mezclas originales.
Hoy en día, tanto el naming (fijar un nombre o marca) como del diseño de las marcas, están gobernadas por distintas leyes que resaltan las asociaciones sensoriales, afectivas o cognitivas y que determinan que el resultado final aporte experiencias gratificantes y dignas de ser recordadas por el público objetivo.
Las 6 leyes que deberías marcarte a sangre y fuego son:
- Ley de la
autenticidad: El nombre o marca debe mantener una relación real y demostrable con la actividad de la compañía. Aplicar y acreditar autenticidad a una marca es sinónimo de éxito. - Ley del genérico: Nunca se debe usar un nombre genérico. No podrás registrarlo y crearás confusión. El fracaso estaría asegurado.
- Ley del color: Utilizaremos siempre un color opuesto al de los principales competidores para evitar confusiones. Se imagina que le pasan el pedido a su competidor por una confusión?
- Ley de las
fronteras: El nombre y el diseño deben ser entendidos en cualquier país. Dotar a nuestra marca de pasaporte le permitirá cruzar fronteras sin problema. - Ley de la evolución: Cambiaremos la marca con poca frecuencia y, de hacerlo, será de forma sutil. Los grandes cambios pueden dañar su trayectoria.
- Ley de la mortalidad: Ninguna marca vivirá para siempre. A menudo vale la pena utilizar la eutanasia como mejor solución.
De todas formas les aconsejo que, para no perderse con tanta norma, dejen las leyes para los letrados en marcas. Póngase en manos de un profesional, de esta forma no infringirá ninguna ley, lo que conllevaría el riesgo de una dura sanción,: la pérdida de reputación, reconocimiento, tiempo y dinero.