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Actualizar, no modernizar

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Ya hace semanas que conocemos la tonalidad del año 2015 que nos propone la empresa de referencia en sistemas de control de color para las artes gráficas (se ve que es el Marsala, un color cálido que nos recuerda al vino). Además, una reconocida agencia de imágenes de stock ha publicado recientemente su informe sobre tendencias de diseño gráfico para el 2015. Es decir, nos dan pistas sobre qué se llevará en lo que respecta al diseño.

 

¿Y qué criterios emplean para saber qué estará de moda y qué no? En el caso de la primera empresa, consultando expertos en diferentes ámbitos del diseño. Y en el caso de la agencia de stock, con simples estadísticas sobre las imágenes que los clientes buscan y/o compran de su catálogo.

 

Todo esto, claro, maquillado con nuevas palabras o definiciones -etiquetas, al fin y al cabo- con las que se intenta bautizar a las tendencias. Así, cada temporada aprendemos nuevos conceptos: hemos pasado épocas donde teníamos que ser cool, para después pasar a ser vintage antes de rendirnos a la estética hipster, a todo lo que sea handmade –aquí el lettering es el rey- y al diseño flat… ¿Sabíais que hay un sustantivo para los garabatos con los que casi todos hemos ensuciado hojas y hojas en blanco? Pues sí, se presentan con el nombre de “zentangles” y… ¡ya lo tenemos! Los garabatos se han convertido en la penúltima moda a seguir en diseño gráfico.

 

Otra anécdota: una empresa de diseño también hacía sus propias previsiones de tendencias para el 2015 en la creación de logotipos, y en uno de los puntos de su decálogo se podía leer: “La minúscula ha llegado para quedarse”. Claro, esta afirmación contundente me generaba algunas preguntas… ¿Es que se había ido? ¿Cuándo? ¿Y dónde? Estos son sólo pequeños ejemplos de cómo se intentan crear tendencias que uniformizan la creación gráfica.

 

Pero.. y nuestro cliente?

Como creativos debemos tener siempre presente que en diseño gráfico –sobre todo a la hora de crear una marca o una imagen corporativa- no manda estar a la moda, sino que nuestro trabajo represente fielmente esta empresa. Y además, que conecte con sus potenciales clientes. Si está obsoleta debe actualizarse, pero no modernizarse.

Me comentaba un diseñador gráfico no hace mucho: “Si diseñamos una marca basándonos en las modas, la empresa durará lo que dure la moda”. Y tiene mucha razón; debemos diseñar con racionalidad, pensando en las necesidades de la empresa, en aquello que quiere que transmita su marca y que la diferencie del resto.